El nombre de Roberto Santillán solo levanta sonrisas, recuerdos y nostalgia. Quizá las nuevas generaciones no sepan quién es ni tengan idea de la leyenda que cimentó en el fútbol provincial, pero el “Maestro” enorgulleció a todo Tucumán. Tanto es así que los que peinan canas no pueden evitar lanzar una mueca de felicidad al recordarlo. Primero lo hizo con San Martín en la Copa de la República de 1944; 15 años después replicaría la proeza con Atlético, cuando levantó la Copa de Campeones de 1960.

¿Cerró la grieta? No, la rivalidad siempre existirá. Pero es de esos casos particulares que llevó a ambos clubes al olimpo de fútbol. Los hizo sentir, por un momento, que no había impedimentos para que el interior pudiese estar a la altura de los grandes del país. Esa sensación de que el talento provincial podía hacerle frente a los grandes poderíos económicos de Buenos Aires. Pero, ¿cómo hizo para llevar a lo más alto al “Santo” y al “Decano”?

La historia de Santillán con el fútbol provincial comenzó en 1923. Con tan solo 18 años, añoraba dar inicio a una carrera futbolística que tendría varios capítulos. El primero sería con la camiseta de San Martín en la cancha de San Pablo. “Tres días después de haber entrenado por primera vez me pidieron que fuera a la cancha. Fui, y como siempre la suerte me acompañó, faltó el chango que era titular. ‘El Mocho’ Cardenas, que era el capitán, dijo: ‘que juegue el negrito que practicó el jueves’. Entré y hasta hizo un gol”, había relatado Santillán en una entrevista que se publicó en el libro “Historia de un grande”.  

El paso por el “Santo” duró alrededor de seis años en los que se desempeñó como insider izquierdo -una especie de n°10 y sólo ganó un título en 1923- y fue parte del quinteto ofensivo que conformó junto a Toledo, Castro, Rea y Chávez.

Tras una recomendación de la Armada Nacional, Santillán llegó a jugar en Atlanta. También pasó por Tigre donde fue compañero de Bernabé Ferreyra, uno de los grandes goleadores del fútbol argentino en la década de 1930, y de Alberto Cuello, el defensor tucumano que llegó a vestir la camiseta de River. Luego de una breve experiencia por Racing, volvió a la provincia para retirarse en 1936, aunque el adiós definitivo llegó tres años después. Aunque la historia tendría un giro inesperado. “Había ido al club para despedirme. Pedí hablar con el presidente Mario Bron. Me recibió y me dijo: ‘usted no se va, lo necesitamos y mucho. Se va a hacer cargo de la dirección técnica y además vamos a ver dónde lo ubicamos”, recordó sobre el inicio de la leyenda.

El rol de entrenador no le pesó para nada y, durante 18 años consecutivos, dirigió a la Primera del “Santo”. Es cierto, en 1944, Santillán logró el primer gran título de su carrera: la Copa de la República en la que eliminó a Boca, Sarmiento de Resistencia y Newell 's Old Boys. Aunque el momento más feliz de su carrera se dio un año antes. “Fue cuando San Martín le ganó 2-0 a Independiente por el Campeonato de la República”, dijo en una entrevista con LA GACETA de noviembre de 1994. “San Martín salió campeón invicto un par de veces y obtuvo varios campeonatos más, no me acuerdo cuántos”, había añadido en aquella ocasión sobre los 32 títulos que logró en su periodo al frente del “Santo”. “Siempre fui de San Martín y lo sigo siendo”, confesaba.

Pero ¿por qué dejó La Ciudadela? Según dicha crónica, Santillán decidió reservarse la respuesta debido a que no quería revelar una situación que deje mal parado al club. “Pasaron algunas cosas y decidí irme, es todo”; “Lo más doloroso fue el tener que irme de San Martín”, había señalado.

“Papá se fue de San Martín en 1957 porque el club no le hacía los aportes jubilatorios de manera correspondiente y también poseía una deuda que motivó su salida. Fue muy triste para él porque el comenzó en San Martín”, dijo Oscar Santillán, hijo del “Maestro”.  

Así, el DT rescindió su contrato con San Martín en 1957. Atlético recurrió a sus servicios y allí Santillán también inscribió su nombre en la historia del “Decano”. En 25 de Mayo y Chile, el “Maestro ganó 10 títulos: cinco torneos anuales de manera consecutiva, tres torneos de Honor, un torneo Competencia -todos de la vieja Federación Tucumana de Fútbol-, y la Copa de Campeones de 1960.

“En el mismo año 57 me contrató Atlético. Logramos cinco campeonatos consecutivos y el Argentino en una final que se jugó en Quequén; había unos dirigentes que eran fenómenos como personas. Mejor trato no podría haber recibido, hasta me aportaron cinco años para que yo pudiera lograr una jubilación más ventajosa en lo económico”, había dicho sobre su paso por el “Decano”.

“Con Atlético sucedió algo similar. En 1961 decidieron despedirlo a pesar de los títulos que consiguió”, indicó Oscar.

Los títulos de Santillán no se acaban allí, sino que logró consagrarse en cinco ocasiones en los Campeonatos Argentinos de selecciones provinciales: 1944, 1946, 1948, 1954 y 1960. “Duré 20 años en el cargo. Trajimos cinco títulos de campeón argentino y cumplimos una gira muy exitosa por Chile, tanto que a casi todo el plantel lo contrataron clubes de Buenos Aires”, comentaba sobre aquella experiencia. Sportivo Guzmán y Juventud Antoniana de Salta también lo tuvieron en sus filas, y en ambos casos se quedó a las puertas de participar en el torneo Nacional. ¿Por qué no dirigió en el profesionalismo? “Una vez me quisieron llevar a Paraguay, no quise ir porque en ese entonces había muchas revoluciones”, comentaba al respecto.

El compromiso con el fútbol provincial lo llevó a asumir el rol de Asesor Técnico de las divisiones inferiores del seleccionado provincial el 27 de julio de 1989. “Estamos en la tarea de seleccionar jugadores de quinta y sexta división con la intención de formar dos seleccionados juveniles. De este modo, procuraremos incentivar el fútbol de las inferiores que ahora parece alicaído. Es nuestra intención realizar confrontaciones interprovinciales y disputar las preliminares de los partidos del torneo nacional para ir fogueando a estos chicos. El Consejo de la Liga está empeñado en levantar el nivel del fútbol tucumano y mi trabajo será encontrar a los muchachos más aptos para integrar el seleccionado”, contaba en aquella ocasión mientras observaba un clásico entre San Martín y Atlético por divisiones inferiores.

Una voz autorizada para analizar el fútbol argentino

Santillán, asimismo, fue consultado en múltiples ocasiones por LA GACETA para realizar análisis sobre el juego de la Selección. Una de las más resonantes fue en el Mundial de 1978, en la previa al duelo frente a Brasil. El DT valoraba la transformación que había realizado Cesar Luis Menotti y posicionaba a la Selección como favorita para vencer a la “Verdeamarela”.

“Opino que Houseman y Valencia no rinden y hay que reemplazarlos. Como volante ofensivo, podría un tiempo a Alonso y otro tiempo a Villa, según se dé el juego. Alonso tiene un talento admirable creando. Villa es hábil, piensa, tiene solidez física y sabe imponer el ritmo conveniente. Ya lo vieron contra Polonia, cuando el conjunto estaba por enloquecer, él puso la pausa y le dio al partido una tónica distinta. De cualquier forma, reitero, Argentina dejó de ser un grupo anímicamente endeble. Tiene convicción, ha logrado cierto funcionamiento, ostenta una envidiable preparación física. Por eso entiendo que vencerá”, explicaba.

Otra de las opiniones que brindó fue en el Mundial de Italia 1990 en la antesala a los cuartos de final frente a Yugoslavia. “De la gente que está, sería imprudente hacer algún cambio ahora, por ello me inclino a creer que va por el buen camino. Yo, particularmente, hubiese llevado a Ramón Díaz, pero no está. Argentina no llegó bien. No sé cuál es el motivo, no entiendo eso cuando se trabajó cuatro años, aunque creo que están los mejores. A los europeos hay que ponerles la pelota contra el piso; ellos son veloces y van bien arriba. Si no se destruye a los exquisitos, con un buen arbitraje ganamos. Argentina puede llegar a la final con Alemania, ya que los nuestros aún no despegaron. Mañana ganamos, aunque sea por medio gol, pero ganamos”, indicaba.

Santillán falleció el 27 de febrero de 1995. En su velatorio, se reunieron múltiples personalidades del fútbol tucumano para darle el último adiós al gran “Maestro” del fútbol provincial.